Metodología de recolección de datos sobre flujo de población venezolana en América del Sur
La Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM), por sus siglas en inglés, es un sistema modular que la OIM utiliza para entender la movilidad humana. Uno de sus componentes es la Encuesta de Monitoreo de Flujos (FMS, por sus siglas en inglés).
La OIM realizó entre agosto y diciembre de 2018 monitoreos en Colombia, Ecuador y Perú en lugares de tránsito internacional y asentamientos de nacionales de la República Bolivariana de Venezuela (Venezuela, en adelante). Se distinguen en este informe comparativo dos distintos tipos de puntos de monitoreo: en primer lugar, los puntos de frontera que responden a ingresos internacionales por vía terrestre; en segundo lugar, figuran los asentamientos o barrios donde se concentran residentes de nacionalidad venezolana y puntos donde se proveen servicios (tales como oficinas de gobierno y ONGs).
En Colombia, los Puntos de Monitoreo de Flujos (PMF) se establecieron en 10 zonas, (algunas fronterizas con Venezuela y Ecuador y otras en el resto del país, incluida Bogotá). Por su parte, en Ecuador se escogieron como puntos de monitoreo dos ubicados en la frontera norte con Colombia (Rumichaca y San Miguel) y otro en Huaquillas, ciudad limítrofe con Perú.
También fueron puntos de monitoreo Quito y otras 3 ciudades del resto del país. En Perú, los Puntos de Monitoreo de Flujos (PMF) corresponden a puntos internacionales de entrada y salida (Centro Binacional de Atención Fronteriza - CEBAF Tumbes y el Puesto de Control de Frontera Santa Rosa - Chacalluta en el límite con Chile).
Estos tres países forman parte del llamado Corredor Andino, la principal vía terrestre empleada por los ciudadanos de Venezuela para llegar al resto de los países de la región. Este corredor ha tomado especial importancia en los últimos dos años en el contexto de diversificación de las rutas migratorias usadas por la población venezolana. Más allá de los costos y documentación requerida, algunas rutas aéreas han sido interrumpidas. Asimismo, las cortas distancias con las Islas caribeñas (Aruba, Bonaire, Curazao y la República de Trinidad y Tobago) facilitan la movilidad marítima.
A su vez, dentro del Corredor Andino, la ruta más empleada comienza en el primer cruce internacional, el Puente Internacional Transfronterizo Simón Bolívar, que une la ciudad de Villa del Rosario, Departamento de Norte de Santander con San Antonio de Táchira en Venezuela.
Posteriormente, mediante diversas rutas y modos de transporte, los ciudadanos venezolanos continúan hacia el Puente Internacional de Rumichaca, principal paso fronterizo entre Ecuador y Colombia que une las zonas de Ipiales y Tulcán en Colombia y Ecuador, respectivamente, que constituye el segundo cruce. Luego atraviesa Ecuador hasta Perú por el paso Huaquillas – Tumbes (tercer cruce), y llega a Chile por el puesto fronterizo Santa Rosa – Chacalluta que es el cuarto cruce internacional.
Finalmente, el quinto cruce internacional une Chile con Argentina mediante el paso trasandino Sistema Cristo Redentor.
Durante el año 2017 ingresaron a Colombia 796.000 venezolanos (con pasaporte), casi el 52% a través del Puente Simón Bolívar, mientras que durante el año 2018, los ingresos por este paso aumentaron a 1.360.000, representando un aumento interanual del 89%.
En 2017 los ciudadanos venezolanos ingresados a Ecuador a través del Puente Internacional Rumichaca sumaron un total de 228.000, mientras que para el año 2018, sumaron 800.000, representando un aumento del 250%.
A través del control Huaquillas-Tumbes salieron de Ecuador e ingresaron a Perú 157.000 venezolanos en el 2017, y en 2018, 695.000, significando un aumento del 330%.
El cuarto cruce internacional Santa Rosa – Chacalluta registró en el año 2017 61.000 salidas de venezolanos de Perú a Chile, siendo que para el 2018 se registró un total de 138.000, lo que significa un aumento del 125%.
El quinto y último cruce internacional del Corredor Andino es a través del paso Sistema Cristo Redentor conectando Chile con Argentina.
En 2017 5.300 venezolanos ingresaron a Argentina por este paso, en 2018 un total de 12.000, habiendo un aumento del 125%.
Así, los miles de venezolanos que cruzan varios países a pie (llamados “caminantes”) - recorren más de 5.000 km- necesitando atención específica debido a las difíciles condiciones y los numerosos desafíos que enfrentan durante el viaje. Entre los refugiados y migrantes de Venezuelahay mujeres embarazadas y lactantes, mujeres jefas de hogar, menores no acompañados adultos mayores, personas con menores de edad, personas con discapacidad y con graves problemas de salud, población intersexual.